Por. Dra. Ma. Dolores García Perea
Investigadora en Ciencias de la Educación y Socio Numerario de la SOMEGEM.
Considerando que el homenaje es el acto
ceremonial mediante el cual se manifiesta el respeto, la admiración el
reconocimiento hacia alguna persona, las palabras contenidas en este
artículo tienen la finalidad de rendir homenaje no sólo a uno de los
intelectuales más importantes de México del primer tercio del siglo XX,
sino también el ideólogo más original y representativo que hasta hoy ha habido
en América Latina: José María Albino Vasconcelos
Calderón (1882-1959).
Los biógrafos y estudioso de José Vasconcelos,
como respetuosamente lo llamaron las personas con quien interactuó, no dudan en
afirmar que todos los y reconocimientos hechos en vida y post-mortem son
insuficientes para mostrar la herencia legada por él; al configurar,
cimentar y consolidar un sistema educativa con base a la
filosofía humanista y perfilar una cultura nacional tendiente a
reivindicar al mexicano como un ser histórico capaz de conquistar el mundo
a partir de su intelecto y del espíritu libre y autónomo.
Para los lectores que desconocen la
trayectoria del intelectual oriundo de Oaxaca, que realizó sus
primeros estudios en la comunidad fronteriza de Eagle Pas, Texas; y vivió su
juventud en las ciudades de Piedras Negras, Campeche y Toluca (debido a los
cargos aduaneros que tenía su padre), basta con señalar que el poeta mexicano
Carlos Pellicer ha llamado a Vasconcelos como "El hombre de genial
impaciencia" debido al don de gente y al genio filosófico que hereda
al sistema educativo mexicano que sólo unos cuantos hombres poseen.
Creó el Ateneo de la Juventud en 1909, a
la que presidió; ocupó los cargos de Ministro de Instrucción Pública
durante el gobierno de Porfirio Díaz; Rector de la Universidad Nacional Autónoma de
México en 1920 a 1921, el lema "Por
mi raza hablará el espíritu" fue adoptado por él; crea e
institucionaliza las campañas de alfabetización, impulsa la
construcción de escuelas, generosa política de acercamiento con los
pueblos hispanoamericanos, instituye las comisiones culturales,
envía a los maestros a las zonas rurales de todo el país,
reestructura la educación mexicana, mejora la
Biblioteca Nacional y ordena la construcción del actual
edificio de Educación Pública, crea las normales rurales, las
escuelas técnicas e industriales, instituye el desayuno escolar desde
nivel primaria hasta la universidad, en dos ocasiones fue Director de la
Escuela Nacional Preparatoria, edificó la Universidad Popular
Mexicana, abrió bibliotecas y organizó la primera campaña contra el
analfabetismo.
Vasconcelos es también considerado como el
arquitecto de la educación nacional porque sus preocupaciones y ocupaciones
fueron las de ofrecer a México la ruta que lo elevara al rango de país
civilizado y culto. Tal hecho explica, entre otras acciones, el apoyo brindado
a los artistas más destacados, al fomentar la pintura a través de contratos con
pintores como Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y
Rigoberto Montenegro, la edición de una serie de clásicos de la literatura
universal, la revista "El Maestro" y el semanario "La Antorcha",
la invitación a trabajar en el país a los educadores Gabriela Mistral y Pedro Henríquez
Ureña, la creación de la Orquesta Sinfónica Nacional, el surgimiento de las
escuelas de pintura, la institucionalización de la Radio Educación, la implementación
de la biblioteca móvil y el traslado de los materiales de la Hemeroteca
Nacional a la ex-iglesia de San Pedro y San Pablo.
Hombre de convicciones, tanto que renunció
a la Secretaría de Educación en 1924 al estar en desacuerdo con la elección del
candidato Plutarco Elías Calles a la presidencia de la república y por ello
tuvo que exiliarse en el extranjero.
Carlos Pellicer afirma que la filosofía
humanista de Vasconcelos es la herencia más importante para comprender la educación
de hoy en día. Los aspectos centrales de dicha filosofía son: sentir la cultura
mestiza como base del concepto de la mexicanidad, mexicanizar el saber (hacer
objeto de estudio la antropología y el medio natural del país), hacer de Latinoamérica
el centro de una gran síntesis humana, emplear el sentido del servicio y amor
fraterno del saber humano como medio de ayuda a los desprotegidos y valerse del
industrialismo como simple medio, nunca como un fin, para promover el progreso
de la nación.
La mayor influencia de Vasconcelos en la
conformación del México moderno con su genio filosófico fue fortalecer la
educación y la cultura mexicana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario