JOAQUÍN ARCADIO PAGAZA: POETA MEXIQUENSE

Ilustre poeta bucólico, académico, humanista y obispo de Veracruz. Nació el 19 de enero de 1839, en la entonces Villa de Temascaltepec del Valle, hoy Valle de Bravo.
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Joaquín Arcadio Pagaza.
Fuente: Plumas Libres

Ingresó como individuo de número a la Academia Mexicana de la lengua correspondiente de la Real Academia Española; la Academia de los Arcades establecida en Roma, lo acogió en su seno y le dio el nombre pastoril de Clearco Moenio, tan acorde a su poesía, la curiosa eclesiástica lo preconizó obispo de Xalapa, Veracruz.

Tradujo a los dos más grandes poetas de Roma: Horacio y Virgilio y el primer libro de la Ruscatio Mexicana de Rafael Landivar. Es, sin duda, el más inspirado de los poetas bucólicos mexiquenses. Con sus poesías originales integró los libros: Murmurios de la selva: ensayos poéticos (1887). Corona Literaria ofrecida al Ilmo. Sr. D. Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos... (1889) (Contiene el poema Reto y otros 5 más). María. Fragmentos de un poema descriptivo de la tierra caliente (1890). Algunas trovas últimas (1893). Toda esta obra ha sido simplemente estudiada y difundida pero falta hacer ediciones populares y rescatar, editar y propagar algunos poemas, documentos e iconografía de monseñor Pagaza que son poco conocidos.

Murió en la Catedral de Xalapa el 11 de septiembre de 1918. Sus restos, 20 años más tarde fueron trasladados a su ciudad natal.

La oración de la tarde


Tiende la tarde el silencio manto                                   De un árbol a otro en verberar se afana
de albos vapores y húmidas neblinas,                           nocturna el ave con pesado vuelo
y los valles y lagos y colinas                                             las auras leves y la sombra vana;
mudos deponen su divino encanto.

Las estrellas en soleo de amaranto                                Y presa el alma de vapor y duelo
al horizonte yérguense vecinas,                                      al místico rumor de la campana
salpicando de gotas cristalinas                                       se encoge y treme y se remonta al cielo.
las negras hojas del dormido acanto.

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