LOS TESOROS DEL NEVADO DE TOLUCA. PARTE I.

    Por. Edwin Corona y CepedaInstructor Internacional de Buce, 
y Socio Fundador de la SMGE de Veracruz.
Tetra heroica Veracruz el 19 de junio del 2018.

El 15 de noviembre de 1917 Venustiano Carranza emite un Decreto en el que por primera ocasión en la historia de nuestro país se declara una superficie de terreno como Parque Nacional. Este honor que aún subsiste se concedió al Desierto de los Leones, superficie boscosa cercana a la Ciudad de México. 19 años después el 15 de enero de 1936 el presidente Lázaro Cárdenas publicó el Decreto por el que se declara Parque Nacional al Volcán Nevado de Toluca y el 1 de octubre del 2013 Enrique Peña Nieto cancela este decreto que prohibía cualquier tipo de explotación de los recursos de esa zona y a partir de esa fecha ahora es legal realizar diversas actividades, entre ellas la construcción de fraccionamientos y unidades habitacionales  en el 96% del antiguo Parque Nacional Nevado de Toluca, ya que ahora solo queda como zona de estricta protección el 4% de su superficie y en la cual se incluyen las Lagunas del Sol y de la Luna.

           Situadas a más de 4,000 metros de altura sobre el nivel medio del mar, ambas lagunas están consideradas como los depósitos lacustres perennes de mayor altura en el mundo, razón por la que cualquier inmersión en esos sitios adquiere condiciones de extrema peligrosidad, ya que además sus aguas procedentes de los cercanos cráteres en ocasiones alcanzan temperaturas de bajo cero.

Nevado_Toluca
Nevado de Toluca.
Fuente: Travel By México

La primera inmersión en estas lagunas fue efectuada por el arquitecto Enrique Conty y el Sr, González Pier, padre del actual subsecretario del sector salud de nuestro país. Tanto Conty como González Pier pertenecían al Club de los Hombres Rana de la Ciudad de México, quienes para permanecer por escasos minutos en el fondo utilizaron los “acualones” y reguladores de doble manguera.

Dos años más tarde, nuevamente con Alfonso Arnold a la cabeza distinguidos miembros del Club de Exploraciones y Deportes Acuáticos de México (CEDAM), ante el rumor de que en dichas lagunas se había arrojado gran parte del tesoro de Moctezuma, rumor que resultó tan falso como el atribuido por el INAH al hallazgo de las joyas del pescador en Veracruz.  Participaron en estas primeras inmersiones del CEDAM el mencionado Alfonso Arnold, Fernando Díaz de Urdanívia, Guillermo Calderón, Alfonso Bárcenas. Raúl Echeverría, Mario Mendoza y tocó a Silvia Sotomayor el honor de haber sido la primera mujer buceadora a esa altitud.

Incidentes aparentemente inexplicables que se presentaron a estos pioneros del buceo hicieron que tanto Raúl Echeverría, como Ricardo Presbítero y los doctores Gastón Ezquerro Madrigal  y Miguel Guzmán Peredo, utilizando una cámara hiperbárica portátil que tenía a su cargo el Dr, Michael Christ en el Hospital de Xoco y que incluso les exploto, llevaran a cabo un riguroso estudio sobre las consecuencias fisiopatológicas del buceo en lagos de alturas diferentes a los buceos a nivel del mar, lo que dio por resultado a modificaciones en las tablas de  descompresión, la velocidad de ascenso y la restauración posterior a 48 horas después de efectuada la inmersión. Estos estudios y sus conclusiones fueron aceptados por la Underwater Society of America y la Comisión Médica de la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas.

Pero si todo esto sonaba como extraño, más lo fue cuando del cenagoso fondo de los lagos y de sus alrededores comenzaron a extraerse diversos tesoros de tipo arqueológico, como vasijas de barro, tallados de madera clasificados como rayos ceremoniales, lanzas de piedra, puntas de flecha y navajas de obsidiana, ofrendas de copal de diversas formas y tamaños y multitud de espinas de maguey utilizadas como penitencia en ceremonias sacerdotales. Se calculan alrededor de 10 mil piezas encontradas en ambas lagunas pertenecientes a la cultura Matlaltzinca.

Lo que indudablemente causó un enorme revuelo fue el hallazgo de varias decenas de cajas metálicas que en su frente ostentaban la leyenda de Montepío de Madrid, pendientes y pulseras de oro de bajo quilataje, infinidad de piezas de relojería a las que se les habían desmontado sus joyas, cajas de música sin los muñecos de oro o porcelana, relicarios y cruces de los cuales se habían desmontado las piedras preciosas y dentaduras postizas despojadas de los diente de oro, lo que no solo despertó al codicia de los buzos, sino la curiosidad  por conocer la procedencia de este singular tesoro.

Las cajas del  Monte de Piedad de Madrid señalaban la procedencia del tesoro  y su estado,  indudablemente reciente nos remontó a la Guerra Civil española, cuyo fin en 1939 dio pie al traslado de varios vuelos repletos de oro tripulados por el aviador Pedro Tonda desde Barcelona  al aeropuerto de París con la carga consignada al puerto de El Havre donde serían embarcados en el yate “El Vita” propiedad  de D. Marino Gamboa y destinado para transportar el oro y los objetos incautados por la Caja General de Reparaciones que dirigía Amaro del Rosal. Desafortunadamente en su último vuelo realizado en una lluviosa noche al avión se le agotó el combustible y tuvo que efectuar un aterrizaje de emergencia, de lo que dio cuenta la prensa francesa con el titular “Avión cargado de oro se desploma”.

Finalmente “El Vita”, cargado de oro y muy por debajo de su línea de flotación partió de El Havre con rumbo al puerto de Veracruz. El Vita llegó a Veracruz tras una inexplicable escala en La Habana el 28 de marzo. En dicho puerto debía esperar la llegada del Vita el delegado oficial del presidente español en México doctor José Puche Álvarez, quién, no estaba presente para recibir la carga.  Al no tener quien los recibiera El Vita quedó al pairo en las cercanías de Veracruz.

Y es aquí donde las cosas empiezan a complicarse pues sale del puerto una lancha pesquera llevando a bordo al Coronel José Manuel Núñez, Jefe de Ayudantes de la Presidencia y propietario del equipo de fútbol Atlante, quién aborda el navío pistola en mano y así lo conduce hasta el muelle de la Zona Militar de Tampico que en aquel entonces estaba a cargo del General Manuel Ávila Camacho.

Desembarcado el tesoro en Tampico es transportado en varios furgones de ferrocarril junto con tripulantes y pasajeros con rumbo a la Ciudad de México donde tanto el Coronel Núñez como los generales Manuel y Maximino Ávila Camacho se entrevistan con Lázaro Cárdenas y de esa reunión sale la decisión de que sea el General Manuel Ávila Camacho el candidato del Partido de la Revolución Mexicana, pues aún no habían caído en la estupidez de institucionalizar una revolución. 

Actualmente se conoce que El Vita transportaba en su interior un fabuloso tesoro que comprendía la mitad del tesoro de la nación española, ya que la otra mitad había sido transportada por ferrocarril a la ciudad de Odesa y que al final de la guerra civil española, Rusia lo regresó  a  sus legítimos propietarios, pero del destino del tesoro que transportaba El Vita a México, me ocuparé en próxima ocasión, ya que por ahora estaré de vacaciones por algunos días y el relato de lo que aconteció con este fabuloso tesoro valuado actualmente en más de seiscientos millones de dólares, lo dejaré pendiente hasta mi próximo  retorno.

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